Uno de los requisitos para poder competir en cualquier elección local es contar con la residencia del lugar al que se aspira a gobernar o “representar” en caso que la opción sea ser diputado. Sin embargo cuando la costumbre es no respetar las leyes, organizar plantones o el chantaje es el modus vivendi, dicho requisito no es insoslayable.
En el municipio de Armadillo hace más de 12 años un candidateable quiso gobernar el pequeño municipio, sin embargo –según pobladores del lugar- había un detalle; quien aspiraba a gobernar este municipio no era de este lugar, es más no era potosino, ¡ni mexicano!. Era Centroamericano.
Quienes lo abanderaban era la organización Antorcha Campesina, quien se encuentra adherida al PRI. Aquello fue anecdótico, sin embargo Antorcha Campesina gobierna ahora Armadillo –y según algunos pobladores- con un alcalde originario de un estado del centro del país.
Hace días en medios trascendió la información que en Antorcha Campesina no estaban bien con el PRI. En caso que esta información sea cierta -y si llegara a presentarse una ruptura- en dicho partido se estarían quitando de encima una organización que si bien les puede llevar votos, se ha convertido en un cáncer para la sociedad y los gobiernos a los que con amenazas y plantones chantajean.
Antorcha se ha convertido en una jugosa forma de vivir para sus líderes, quienes viven en zonas residenciales y cuentan con vehículos de lujo, gracias a que tienen acceso a materiales para la construcción, fincas o financiamiento al campo, de lo cual sólo entregan migajas a su gente afiliada; obvió quiénes son sus líderes son los que se llevan la mejor tajada.
En uno de los constantes plantones que realizó Antorcha afuera de Palacio de Gobierno en la Plaza de Armas, quien se encontraba en el sonido local fustigaba al gobierno estatal porque no les cumplía con sus “demandas” del pueblo antorchista, y a unos cuantos metros en una tienda de celulares los líderes del “movimiento” estaban interesados en los aparatos de última tecnología, y por supuesto el precio no era impedimento. Repartían volantes y estaban boteando para aquellos que con alguna moneda quisieran apoyar sus legítimas demandas.
No cabe duda, que mientras haya plantones, siempre habrá quien acceda a las demandas de este grupo. Hasta la próxima…