El diestro Diego Silveti actuó en la plaza de toros de Briviesca, en la provincia de Burgos, dentro de una de sus tradicionales corridas de feria, donde entró a sustituir al herido Antonio Ferrera.
En esta ocasión, el lote de toros que sorteó el mexicano le impidieron redondear el triunfo. Se lidiaron toros de Navalrosal, de juego desigual, algunos nobles, como el cuarto, el mejor del encierro. El resultado de los toreros fue el siguiente: El Capea, silencio y dos orejas; Rubén Pinar, vuelta y silencio; y Diego Silveti, silencio y ovación de despedida.
El primer toro del lote de Silveti se dejó muy poco, llegando al último tercio prácticamente parado, por lo que Diego solo tuvo opción de insistir por los dos pitones, mostrando voluntad y muchas ganas de agradar, pero sin poder redondear faena. Mucho más complicado fue el sexto, ya que el animal, sin clase ninguna, pegó feos arreones poniendo en una situación difícil al diestro. Aun así, Silveti intentó todo lo posible por agradar al público, sorteando las tarascadas del toro. Al final fue ovacionado con fuerza en agradecimiento a su esfuerzo. En esta ocasión, no hubo la más mínima posibilidad de conseguir el triunfo.
Sí lo hizo El Capea, que sorteó uno de los mejores toros de la corrida, el lidiado en cuarto lugar, al que Pedro dio fiesta, corriendo la mano por los dos pitones y matándolo de una gran estocada, lo que ayudó a conseguir el doble trofeo. Echó ganas con el que abrió plaza. Al igual que Rubén Pinar, que pudo haber cortado una oreja del segundo de la tarde, de no haber fallado con la espada. Lo mismo le ocurrió en el quinto, con el que, nuevamente, no estuvo acertado con los aceros de muerte.