Un barco con alrededor de 500 inmigrantes a bordo se ha incendiado y naufragado esta madrugada a media milla de la isla de los Conejos, en Lampedusa, y según el diario italiano la Repubblica ya se habrían contabilizado 94 personas fallecidas y 300 desaparecidos, entre ellas una mujer embarazada y dos niños. El rescate, en el que participan barcos pesqueros y patrulleras de las guardias Costera y de Finanzas, ha logrado rescatar con vida a 150 inmigrantes, pero varias decenas aún continúan en el agua. La morgue de Lampedusa está saturada y los cadáveres están siendo trasladados a los hangares del aeropuerto. La agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha confirmado que la embarcación procedía de Libia y que se incendió a media milla de la costa. Las palabras de la alcaldesa, Giuse Nicolini, dan idea de la magnitud de la tragedia: «Es un horror. Hay cadáveres por todos lados».
La alarma fue dada por dos pesqueros que faenaban en una zona especialmente transitada por los traficantes de hombres, que estos días aceleran su negocio antes de la llegada del mal tiempo. Solo unas horas antes había arribado otro barco con 463 personas a bordo –que fueron trasladas a un centro de internamiento ya abarrotado por 700 inmigrantes– y, el lunes 30 de septiembre, 13 eritreos se ahogaron a unos metros de la costa de Sampieri, en Sicilia, después de que fuesen arrojados al mar desde la embarcación con la que intentaban entrar en Europa. Sus cuerpos, cubiertos con sábanas, quedaron tendidos en la playa, para escarnio de quienes no terminan de atajar una tragedia que, cada año, acaba con la vida de centenares de personas. Se calcula que desde 1990 han perdido la vida 8.000 personas en el Canal de Sicilia. De ellos, 2.700 durante 2011, coincidiendo con el conflicto de Libia.
«Los inmigrantes nos han dicho que si encendieron fuego a bordo es porque los móviles no tenían cobertura y no se encendían», ha afirmado la alcaldesa Nicolini al diario italiano La Repubblica. «Han acabado todos en el agua. Nos cuentan que dos o tres barcos pesqueros pasaron de largo, sin ayudarles. Es lo que dicen, pero si resulta ser verdad habrá que sacarlo a la luz». Mientras, en la isla, de escasos 20 kilómetros cuadrados y 6.000 habitantes, la magnitud del naufragio sobrepasa a los rescatadores. «Ya no sabemos dónde meter ni a los muertos ni a los vivos», dice Nicolini. En el centro de acogida de Lampedusa, con los refugiados del naufragio, ya se hacinan 1.350 personas, según el Giornale di Sicilia.
Fuente: elpais.com