Por: Luis Hernández
Toroestoro.com
En 120 segundos los Forcados Mexicanos hicieron lo que jamás lograron los toreros de a pie, Emocionar.
Vamos, se brindaron, se entregaron; en pocas palabras, ¡La Pegaron! La vuelta al ruedo fue repercutida en fuerza. Única del décimo festejo novilleril en La México.
El rejoneador Alejandro Zendejas se sumó al reconocimiento de los valientes.
Y en la lidia a pie: el colombiano Germán Rodríguez, silencio; Alejandro Lima El Mojito escuchó los tres avisos; Miguel Alejandro, dos bocinazos; Rodrigo Ochoa, palmas y Martín López, silenciado.
Bravo y con trasmisión el abre plaza de Rancho Seco. Monte Caldera envió dos ejemplares para que algún alternante se llevara el terno en disputa.
Pero Uriel Montes de Oca vistió de luces el traje campero, tras los buenos momentos logrados por el rejoneador Alejandro Zendejas al destacar con banderillas largas y sus cabriolas de rienda en suertes al Violín.
Uriel, el forcado aguantó firme en los medios la embestida de largo del ranchosequense asido a la cabeza en un trayecto de más de 15 metros hasta que llegaron los ayudas para consumar la emotiva pega de cara.
A partir de ese momento, el listón fue difícil de rebasar por los alternantes. En un embroque, el caballo de Zendejas se clavó una banderillas y ya no lo pudo mantener en la faena. El rejonazo contrario y a medio toro le privó del aplauso.
Dio la vuelta al ruedo gracias a la invitación de Montes de Oca, pero el público se puso de lado del grupo valiente.
Por tercer domingo consecutivo hubo quinto bueno; de ahí que la faena de Rodrigo Ochoa destacara por destellos. Supo parar y brillar con la Rebolera de inicio. Fernando García y Jorge Luna de nueva cuenta rehiletearon en grande.
Y Ochoa retomó el hilo con Doblones toreros, un Cambio de mano, la Trincherilla y cerró con soberbio Trincherazo, pero se apagó al cobrar una entera contraria escuchando palmas, en tanto la ovación de arrastre del festejo se la llevó «Grillo».
El otro novillo bueno de Gómez Valle recibió un puyazo medido de Pedro López Zotoluco dejándole enorme el recorrido, pero El Mojito quiere copiar de «Pe a Pa» el estilo «Zapata» que cayó en lo burdo, sobre todo en el segundo tercio.
La faena fue a muleta puesta, sin toque ni mando, únicamente siguiendo la trayectoria impuesta por el tercero de suelta. Planeaba; Juan Ramón Saldaña al cambiarlo de tercio a tercio a una mano le mostró la noble y clara embestida.
«Hechicero», ciertamente dobló las manos un par de veces, sin embargo se mantuvo en pie al perder la cabeza Mojito con la espada, que sin parar se dedicó a tirar golpes de descabello hasta que se le fue vivo el que le hechizó.
Germán Rodríguez no entendió al enrazado «Aspirante» que se acostaba, al perder el segundo tiempo de muletazo y recargar en el cuerpo del colombiano. Fue empalado tras pinchazo y, en dos viajes fue silenciado.
Miguel Alejandro pechó con un manso al que solamente pudo cazar sobre lado izquierdo para sujetar la huida, no sin antes llevarse un arropón. Gracias a la certeza del puntillero Fernando Ríos, sus viajes constantes con la espada se quedaron en par de avisos.
Y Martín López cerró sin estructura de faena: a ratos quiso torear en redondo y en otros de pitón a pitón como para deshacerse del compromiso. Par de estocadas se perdieron en el silencio.
No así la despedida de los Forcados Mexicanos al abandonar el ruedo, pues más de tres mil espectadores les encumbraron su actuación. Su pega fue de mucho pegue.