Por: El Cronista del Ring @cronistadelring
Hace tiempo, Mil Máscaras dijo en una plática a una periodista de nombre Tere Medina, que la lucha libre se iba a acabar.
Cuando ella lo dijo al aire en un programa de radio, muchos se rieron y otros con ironías comentaron “pobre par de locos”. De eso ya pasaron más de 10 años.
Ciertamente muchos de ustedes amigos lectores dirán, la lucha libre sigue viva, ¿Qué pasó entonces?
Sucede que pocos entendieron en aquel momento lo que ambos trataban de decir. ¿Qué era esto?
Que la lucha libre moriría como ellos la conocían. Porque al llegar gente advenediza y mercenaria al medio, los valores, el profesionalismo y el celo con el que por años se cuidó la práctica de la lucha libre, quedarían vulnerables y con el tiempo se perderían.
La lucha libre tenía sus valore; la ética era uno de ellos.
Si alguien apostaba la máscara se la quitaba en el centro del ring y enseñaba su rostro por minutos, no por segundos como ahora.
Y pasados los meses no se reenmascaraban como sucede hoy, con la complicidad y permisivismo de las comisiones de lucha libre.
Igual sucede con los que apuestan los tres pelos que tienen, como cabelleras, en los ya poquísimos encuentros de este tipo que se dan en la actualidad. Provocando con ellos no sólo la burla, sino el desprestigio y la incredulidad del público.
Otro valor muy importante lo era el respeto de las jerarquías entre los propios luchadores, existía un código que sin decir, ni hablar, todos entendían.
Los preliminares, los semifinalistas, los estrellas, nadie se faltaba al respeto y por el contrario se reconocía el trabajo de los elementos incluso que llegaban desde la provincia a la capital y que venían precedidos de su cartel local. Y si ello no fuera así, bastaba con ver luchar al joven provinciano para que inmediatamente se le catalogara, si como bueno se quedaba a probar suerte, si como malo de retorno a su tierra. Pero todo en un marco siempre de respetarse.
¿Qué Jerarquías son respetadas ahora?… Para mí, ya ninguna.
Los pseudoluchadores y los que se dicen luchadores se hablan sin respeto, no se cuida el cartel, ni la trayectoria, ni el trabajo de unos y otros arriba del ring.
Aquellos que en el pasado no pasaron de “perico perro” hoy se dicen maestros, incluso se les aplaude de pie y puedo poner cientos de ejemplos, es más no acabaría.
¿El profesionalismo?
No existe una Universidad de la Lucha Libre, obviamente; Pero se les llamaba profesionales a todos aquellos que ya teniendo los conocimientos de lucha olímpica, greco y antes intercolegial (que es lo mismo), además de excelente condición física, pasaban su examen profesional luchando contra un sinodal, nombrado por la H. Comisión de Box y Lucha (en aquellos años) y si éste pasaba la prueba se le daba la licencia que lo acreditaba como Luchador Profesional.
Dicho Sinodal era un calador, no un “amigo” del Comisionado en Turno, como ahora sucede. Era alguien de respeto y con cartel, no un “pelagatos” como hoy día. Bueno, eso sí tiene a bien pasar el examen. Pues de todos es sabido que con tal solo “untar” la mano de un dizque Comisionado con 200 pesos, se obtiene una licencia para luchar.
Los “profesionales” de ahora, “crearon estilos”; la lucha libre es UNA. Nada más y los mal llamados “estilos” no son otra cosa que la falta de conocimientos, punto y sin darle vueltas. Es en esta parte donde la profesión se fractura. No sólo se trata de chavos sin preparación, sino de junior’s que por ser hijos de luchadores o porque compraron un nombre o porque quisieron sus 5 minutos de fama, se atreven a subirse al ring panzones, fuera de forma, sin saber lo más elemental de una lucha.
¿Más ejemplos?
Gente fumando, bebiendo etc. Y nooo amigos, no me estoy “haciendo fuera de la bacinica”
Es la verdad, y si uno se calla muchas de las veces es por no denigrar más a la lucha libre.
Se necesita ser un profesional del medio para hablar como lo estoy haciendo. Y sigo porque ya me piqué, de la plantilla de luchadores nacionales que existen en la actualidad fácilmente un 70 % no lo son.
De allí que “Juan de las pitas” se ponga una máscara y se sienta luchador, de allí que estúpidos mequetrefes dizque actores, se tapen la cara con mascaras y hagan obras de teatro, para ridiculizar y denigrar mucho más de lo que está la lucha libre. De allí tanta y tanta arbitrariedad.
¿El Celo? Vamos a hablar del celo, llegó un día la televisión y con ella el story board y comenzaron a escribirse cosas, muchas de ellas falsas, erróneas, a distorsionarse ideas, conceptos y entonces allí tenemos el resultado.
Idiotas que se sienten empresarios, tarados que se sienten periodistas e imbéciles que se sienten luchadores, “haciendo lucha libre” a su modo, volvemos a lo mismo a su “estilo” y ustedes como espectadores adivinando lo que sigue, quién gana, quién pierde, creyendo que lo que saben es lo correcto y que siempre ha sido así.
Falsas y erróneas ideas, para llegar uno al lugar que llegó, uno tuvo que pasar hambre, golpes, dolor, lesiones y quien me diga lo contrario que se suba al ring conmigo. La prueba de todo esto, son los luchadores ochenteros que han muerto y otros que andan con lesiones graves.
Así se fueron El Texano y Anibal por ejemplo, allí andan Signo, Fishman y Perro Aguayo.
En aquello ayeres Mil Máscaras y Tere, tenían razón, La Lucha Libre como tal se acabó.
Esto que queda es sólo un remedo.
Se me ocurrió este tema es porque alguien del público me pregunto al respecto y en la vida a veces uno tiene que ser valiente y gritar frente a los fuertes y no callar para que los débiles lo aplaudan a uno y lo reconozcan.
TRAS COMENTARIO EN REDES… LE AGREGO
Ciertamente fue mi error no escribir cuando inicié la columna, que precisamente porque se hablaba del daño que la TV había hecho a la lucha libre, que se dieron éstos comentarios entre Mil Máscaras y Tere Medina.
Es verdad, merece la pena tocar el punto de la Televisión en la Lucha Libre.
Y es que en sí, el problema no es la Televisión como tal, sino cómo se maneja en primer lugar y en segundo lugar el exceso de funciones de lucha libre que se transmiten.
Antes se decía que eran éstas comicidades y chacoteos de los comentaristas, que volvían chusco el desempeño de los profesionales del ring, pero no solo es eso.
Es que no ha existido una correcta edición y post producción, se les ha dejado mano libre a los directores y realizadores para que avienten el producto así como se levantó y ya, como si ellos supieran que es correcto transmitir y que no.
Y luego añadiéndole a eso que «Juan de las Pitas» es comentarista y súmenle que las luchas son de peor y pésima calidad y hasta los de «chalmita» ahora tienen su canal y se graban y se transmiten, pues a donde vamos a parar…
Y luego que vinieron los gabachos un tiempo e infestaron, ya todos querían ser WWE…
jajaja perdonen la risa. Pero ese es un tema se me antoja para la semana que viene. ¿Qué les parece?
Por ésta semana es todo y nos leemos la próxima.
Les dejo saludos…
El Cronista del Ring.
PD: Única:
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Atentamente:
Everardo González C.
Director General de Agencia de Noticias