Por: Tere Medina
Uno ingresa a este hogar y percibe un ambiente cálido y armonioso. Ahora todo luce apacible, nadie pensaría que hace unos momentos aquí se vivió una emotiva ceremonia familiar de Nochebuena, con cena, fiesta, abrazos…
Hubo mucho que agradecer por todo lo recibido en éste 2014. Trabajo, estabilidad, buenos hijos, amor, salud, prosperidad, cuanta bendición junta (piensa uno en silencio).
Es la casa de la familia Mercado-Hamada.
Estamos en Houston, Tx. lugar donde ahora residen desde 5 años. Los conocedores de lucha libre naturalmente saben que nos referimos a Joe Mercado el ex Pentagón Black y su esposa la también estrella femenil Xóchitl Hamada.
Esta casa es habitada también por los tres hijos de la pareja, que son Emmanuel (el mayor con 20 años) Fernanda (11 años) y Dairon (3 años) el consentido y pequeño motor de la familia.
Dairon llegó a sus vidas como un regalo del cielo, como lo que en el budismo se conoce como Dharma, el regreso de alguien que en el pasado fue arrebatado por el mismo cielo, una dolorosa y personal experiencia que Joe Mercado guarda en su corazón. Hoy es dicha, hoy es risa, el equilibrio se manifiesta.
Fer, la niña adolecente que asiste a la High School, es distraída, desenfadada, dicen por aquí que es el «coco» de Xóchitl Hamada… Pero sin lugar a dudas su adoración. Y Emmanuel, el joven orgullo de papá Mercado, casi a punto de entrar a la Universidad, que además se desenvuelve a la perfección en el ramo de las aseguradoras.
«Son nuestra vida, todos buenos hijos, todo lo vivido ha valido la pena, para lograr ésta familia que día a día hemos construido» Dice Xóchitl Hamada.
Y se refiere a ello con nostalgia, nos hemos puesto a recordar por ejemplo, aquellas comidas y cenas que sus papás Gran Hamada y su esposa Vicky ofrecían a cuanto luchador Japonés venía a luchar al Toreo de 4 Caminos, en su departamento en las suites Tecpan de Tlatelolco, sitio en el que residieron allí en los 80´s, su vida en Matamoros, Japón, el nacimiento de sus hermanas Ayako y Naomi. Incluso la separación de sus padres hace poco más de quince años.
«Mi papá, es otro de los muchos luchadores que dejó su vida en el ring, ahora batallando porque sus rodillas ya no le funcionan, pero así es esto. En una de esas, se lo traen mis hermanas a vivir otra vez con mi mamá… no lo sé» confiesa entre risas.
Pero qué hay de José Mercado López y Xóchitl Hamada, más allá de la titánica labor de ser padres y guías de familia. Después de tantos años juntos, cuando uno supone que las parejas han caído ya en la monotonía, sucede que a ellos dos se les ve aun enamorados. Interesados en las vidas de uno y otro. Bien comunicados y apoyándose constantemente. Xóchitl dedicada a las labores del hogar, la escuela de los hijos, etc., y Mercado con un puesto como supervisor en una planta petrolera y luchando siempre que es posible, en Texas y en cuanto lugar de la Unión Americana lo solicite.
«Yo voy a donde me paguen bien» (apunta). De todos es sabido que Mercado fué pieza clave en la decisión de cambiar de residencia, cuando en México la inseguridad rebasó los límites y más que ello, cuando advirtió el peor escenario que se le avecinaba a la lucha libre mexicana.
«El mal yo creo que vino de Japón, allá empezaron a ir los compañeritos a regalar el trabajo con tal de ir, luego en México proliferaron cabrones que con ponerse una máscara se sentían luchadores y dizque empresarios que con dos mil pesos, fueron haciendo «empresas» y la lucha se volvió un desmadre y lo mejor que pudimos hacer fue abrirnos, hoy vamos a luchar donde hay buena paga, y no donde te digan, que crees? no salió, ahí pa´la otra. Como profesional que es uno, se debe éste respeto no crees?
Totalmente de acuerdo, expresó, pero ahora tienes planes no?
«Un programa de radio los sábados y domingos en ESPN Deportes con Lizmark Jr. y otros importantes proyectos, de los cuales en su momento te voy a platicar y a los seguidores de Cronista del Ring, ahora no lo «suelto» porque ya sabes cómo son envidiosos y la mala vibra echa para abajo los planes, todo a su debido tiempo, pero créeme se van a sorprender» finalizó.
La fiesta terminó, yo me retiro…grabo éstas imágenes para compartirlas con ustedes… echó un vistazo al pasado, a los viejos amigos, a los nuevos conocidos.
Prefiero apegarme a la honestidad de Mercado, a la sincera amistad de Xóchitl, a la correcta amabilidad de ambos. Son dos seres humanos buenos que se encontraron en la tierra, porque se debían una misión de vida excepcional y se la debían a los pequeños a su cuidado.
Va a amanecer, ya es navidad, 2014 años, quizá más, quizá menos, en que un ser Divino-Humano partió la historia en un antes y un después. Una sola enseñanza, amar con el corazón.
Dejó éste hogar con bendiciones de paz, amor y luz. (TM)
