Fuente: UNICEF
KATMANDÚ, Nepal, – Tres meses después del terremoto del 25 de abril en Nepal, los niños continúan enfrentándose a múltiples riesgos. Los efectos del terremoto y sus réplicas sumieron a sus familias en una pobreza aún mayor y todavía siguen necesitando ayuda.
Aunque la situación humanitaria ha mejorado en los últimos tres meses, cientos de miles de niños todavía necesitan refugio, alimentos, acceso a agua y saneamiento, atención médica, educación y protección.
Cerca de 1 millón de niños afectados por los terremotos siguen viviendo en zonas en las que hay un alto riesgo de deslizamientos de tierra e inundaciones. A medida que avanza la temporada de lluvias el acceso a estas áreas se dificulta. Esto amenaza el acceso de estos niños a agua, saneamiento, educación y servicios de salud, y sitúa a la infancia frente a un mayor riesgo de explotación, abuso y tráfico.
Desde el primer terremoto, se ha diagnosticado con desnutrición aguda a más de 10.000 niños, de los que más de 1.000 sufren desnutrición aguda grave. Más de 200 niños permanecen sin sus padres o sin su cuidador, y más de 600 perdieron a uno o ambos progenitores durante los terremotos. Más de 32.000 aulas quedaron destruidas. Casi 900.000 casas fueron dañadas o destruidas.
Según una evaluación dirigida por el gobierno, entre 700.000 y casi 1 millón de personas en los distritos más afectados podrían quedar bajo el umbral internacional de pobreza, viviendo con 1,25 dólares al día.
«Cuando ocurre un gran desastre, como los terremotos del 25 de abril y el 12 de mayo, provoca no sólo la pérdida de vidas, sino también la destrucción de bienes y medios de subsistencia, y reduce sustancialmente los ingresos de los hogares, sobre todo entre la población más vulnerable», dijo Tomoo Hozumi, representante de UNICEF Nepal.
«Sabemos que al pasar por momentos difíciles los hogares pobres a menudo recurren a métodos de supervivencia perjudiciales, como reducir su consumo de alimentos o sus gastos en salud y educación, y poner a sus hijos a trabajar – lo cual puede tener consecuencias negativas irreversibles para ellos y, más aún, para sus hijos», dijo Hozumi.
«Las transferencias en efectivo facilitadas siempre ayudarán a los hogares vulnerables a, por lo menos, cubrir algunas de sus necesidades básicas, como la alimentación y las medicinas, sin tener que recurrir más a métodos perjudiciales que les permitan afrontar estos tiempos difíciles».»
Para ayudar a abordar las necesidades de los niños afectados por los terremotos y sus familias, UNICEF está proporcionando 15 millones de dólares (13,7 millones de euros) en transferencias de efectivo directas a aproximadamente 330.000 hogares, en los que se estima que hay 450.000 niños, de los 19 distritos más afectados por el terremoto. Este apoyo, canalizado a través del ya existente programa de asistencia social del gobierno, está llegando a la población más vulnerable, incluyendo a los niños Dalit, personas con discapacidad, viudas, ancianos y minorías étnicas.
“El terremoto ha mostrado la fragilidad del progreso de Nepal en términos de reducción de pobreza”, continuó Hozumi. “Más allá de la asistencia inmediata, una de las prioridades de UNICEF es ayudar al gobierno a organizar de una forma segura y predecible el apoyo a los ingresos para los niños y sus familias. El fortalecimiento y expansión del sistema de protección social del país y la mejora de su respuesta ante las catástrofes contribuirá al bienestar y desarrollo de los niños durante las épocas de normalidad y a mejorar la capacidad de las familias para responder en caso de futuros desastres”.
Desde el mes de abril UNICEF también ha proporcionado asistencia a los niños que viven en las áreas más afectadas por el terremoto y sus familias:
- Facilitando 1.000 toneladas métricas de suministros esenciales que incluyen tiendas, kits de higiene, alimento terapéutico, vacunas y otros medicamentos que salvan vidas, mosquiteras, kits para recién nacidos, “escuelas en una maleta” y kits de desarrollo infantil temprano.
- Ayudando a más de 100.000 niños a continuar su educación en centros de aprendizaje temporales apoyados por UNICEF.
- Suministrando agua potable a más de 650.000 personas en casas y campamentos.
- Restableciendo los centros de maternidad en más de 150 instalaciones sanitarias. Ayudando a interceptar 513 niños y mujeres y evitando que se traficara con ellos o salieran ilegalmente del país.
- Proporcionando a cerca de 30.000 niños apoyo psicológico para ayudarlos a recuperarse.
“Junto con el Gobierno y los aliados hemos sido capaces de conseguir mucho en los últimos 90 días. Al mismo tiempo, dada la enormidad de los daños y las pérdidas, y el posible impacto de los monzones, hay mucho que hacer para conseguir llevar un sentido de normalidad a las vidas de los supervivientes del terremoto, especialmente los más vulnerables” dijo Hozumi.