San Luis Potosí, SLP.- María del Carmen Fajardo Casas, recuerda cómo esperaba emocionada la llegada de su primer bebé hace 2 años. Pero un día, sintió el miedo en su máxima expresión. Esta es su historia:
Todo parecía un embarazo normal. “Me encontraba en la semana 24 de gestación, acudí al médico del hospital del IMSS porque sentí unos leves malestares, nunca imaginé lo que vendría”, dijo Carmen.
El médico me dijo que tenía una dilatación muy avanzada y que mi líquido amniótico no estaba bien. Mi bebé tendría que nacer ya.
“Tuve sentimientos encontrados. Sentí emoción de saber que mi bebé venía en camino, pero me invadió el miedo porque aún era muy pequeñito para venir al mundo y quién sabe con qué serias complicaciones de salud”,
Carmen pronto se recuperó, pero Ramón tenía mucho porque luchar aún. Por su estado de prematuro, la esperanza de vida para Ramón era solo de unos cuántos días. “Uno de los médicos me dijo que era probable que no resistiera. Fue muy duro para mí escuchar eso, pero nunca perdí la fe, y confíe en que saldría adelante. Seguía todas las indicaciones de los médicos y no nos dimos por vencidos”, recordó Carmen.
En la lucha por su vida, Ramón tuvo que permanecer 3 meses en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital General de Zona No. 1, del IMSS, donde recibió una atención médica integral.
“Fueron cien días de gran frustración y angustia por no poder llevarme mi bebé a casa cuando nació, pero sabía que tenía que ser fuerte para transmitirle mi energía mientras luchaba por su vida en el hospital”, señaló, mientras el pequeño disfrutaba corriendo, y lleno de curiosidad alrededor de la sala, durante esta entrevista.
Múltiples tratamientos y atenciones especiales recibió el bebé para lograr un sano desarrollo. Uno de los momentos más angustiantes para Carmen, su madre, fue la operación de su pequeño corazón. Una de las consecuencias de una gestación tan corta es que no alcanzó a cerrar y madurar la vena cardio.
En la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital General de Zona No. 1 del IMSS, el bebé era provisto de sangre continuamente, específicamente cada tercer día, mientras su madre se debatía en la angustia.
Aproximadamente, un 70 por ciento de los bebés con nacimiento prematuro logran sobrevivir y es primordial el cuidado y atención que reciben desde los primeros minutos de nacidos. Además de los cuidados médicos, el apoyo de madre y padre durante su estancia hospitalaria es también fundamental para el pequeño.
“Recibí mucho apoyo en el IMSS, durante los 100 días de hospitalización en la UCIN, acudí todos los días para estar con mi bebé, una hora por la mañana y una hora por la tarde. Las enfermeras me asesoraban de cómo debía alimentarlo y estar cerca.”
Carmen, recomendó a todas las madres que viven esta difícil situación, que sean fuertes y brinden a sus pequeños la atención requerida y recomendada por los médicos.
“Es difícil ver que muchas madres no logran a sus bebés. Pero si mi bebé pudo y fue muy pequeño, hay esperanza. Cuiden mucho a sus bebés, llévenlos a sus terapias para que puedan continuar su vida igual que mi pequeño Ramón”, concluyó.
De acuerdo con información de la Jefa de Neonatología del HGZ No. 01, doctora Cristina Rangel Limón, en esta unidad médica, en lo que va del año se han registrado 5 mil 511 nacimientos; de los cuales 679 han sido prematuros.
Se considera a un bebé prematuro, cuando nace antes de las 37 semanas de gestación, y aquellos que nacidos antes de las 27 semanas, son catalogados como prematuros extremos, como fue el caso de Ramón.
Hoy Ramón se encuentra sano y creciendo; Carmen, su madre, vive feliz.