Por: Everardo González Castanedo
Va a ser bien feíto que en el futuro, cuando se refieran las pláticas serias y de chunga al sexenio de Juan Manuel Carreras, sea nombrado como “el que no pudo”. De verdad, va a ser bien gachito que cuando camine por las calles de San Luis (claro, si es que se queda), la gente lo mire y lo mal mire susurrando: ahí va el ex gobernador Carreras, el que no pudo, no quiso ni trató de detener la violencia en el estado.
Claro, a veces en estas letras le hacemos al vidente, no crea que tenemos una maquinita para ver el futuro, pero basta sentido común para entender que eso y más es lo que va a pasar si el doctor Juan Manuel, por el momento gobernador del estado de San Luis Potosí, no da un golpe de timón antes de que nos vayamos al carajo… bueno, que nos vayamos más al carajo… está bien, de que al menos salgamos algo del carajo donde estamos sumidos.
Al día presente, es doloroso que seamos uno de los estados con un incremento criminal de la criminalidad y de las muertes violentas. Tan sólo este año, en el que apenas estamos por concluir mayo, ya tiene arriba de 768 muertes violentas ¡no marchen! A poco estamos jugando a ver qué estado junta más muertos o de qué se trata. Porque hay que ser justos, la violencia se ha incrementado en todo el país, pero nosotros no vivimos en todo el país, sino en San Luis Potosí y tenemos o al menos, eso se piensa, un gobernador y un gabinete de seguridad que ha servido absolutamente para nada y para maldita la cosa.
En los cierres del 2017, cuando se anunció con bombo y platillo el despido del que creímos ingenuamente que había sido el peor titular de Seguridad Pública, es decir el general Arturo Gutiérrez, llegaron a las antenas de los periodistas los nombres de dos federaletes, uno de ellos, oriundo de otros lares, Jaime Pineda Arteaga, mal querido en su propia corporación federal por sus arranques de ira y su falta de educación (aunque dicen que el pobre jura que se lleva de piquete de ombligo con la currada potosina jaja, lo toleran, más bien) y el de un invisible e insufrible (según se dice en su propia corporación, que conste) Raúl Alanís Beltran, quienes se cansaron de decir a los cuatro vientos de que ellos solitos, a puño limpio, trompada, revés y derechazos, acabarían con la delincuencia en San Luis en menos de lo que canta un gallo.
Ah, que re chulos el par cambiándose los uniformes fresas de la Policía Federal y adaptándolos a los de la maltrecha y maltratada Policía Estatal. Dicen que llegaron cortando cabezas a diestra y siniestra a quien los mal mirara, a quien no les gustara, a la gente de Gutiérrez y de paso, haciendo castings a las futuras sexi secretarias que los acompañarían en su fatigada labor.
Fotitos aquí y allá con el gober, fotitos aquí y allá con cualquier tipo que oliera a funcionario o empresario, el chiste era que en las portadas de los diarios aparecieran sonrientes el par de federaletes.
Hoy, lamentablemente y como ya se ha señalado en todo medio potosino y próximamente en medios nacionales, el par de federaletes han servido para nada y para peor, mientras en las calles y municipios se sigue asesinando a diestra y siniestra, a la hora que sea, en la cantidad que sea, total, mientras los “encargados” de la seguridad en el estado estén en sus oficinitas, rodeados de sus lame pies y de sus “amiguitas”, lo demás que ruede.
Pero aquí lo triste es que el sufrido Juan Manuel Carreras, ante todo buen tipo, que conste, les crea al par de inútiles (bueno, más bien que le crea a casi todo su gabinete) que están haciendo algo por San Luis.
A fin de cuentas, los galanes federaletes regresarán con la cola entre las patas a la Federal (donde no son bien vistos y menos ahora), pero el gobernador Carreras quedará en los anales de la historia como el que quiso pero no pudo.
Insistimos, aún tiene chance de pasar de peor a menos peor, si es que cambia el timón de golpe y sin temores. Porque para acabarla de jorobar, no sólo la seguridad es la que adolece al estado, sino toda obra pública, trato gubernamental, atracción de capital, vamos, hasta los baches le han brincado la cresta al gobernador y parece no importarle.
Pero bueno, a ver a qué horas abre los ojos nuestro gobernador (o a ver a qué hora se los abre quien quede como mandatario federal).
DE CAMPAÑAS
Hablando de la temporada de caza, digo, de elecciones, las cosas se están poniendo de todos los colores. Ataques por todos contra todos, por todos lados.
De campañas y cosas sobrenaturales, sustote tremendo se llevaron los grandes capitalistas de San Luis, (asi les gusta que les digan) luego de que la élite empresarial que no se siente endiosada, se reuniera con Miguel Ángel Mancera, quien cobijó y apapachó a lo grande a los Gallardo, padre e hijo, y constató que andan muy muy fuertes a pesar de la enlodada que les han intentado recetar. Y es que mire usted, al pan pan y al vino vino, y Mancera junto con los dineros de San Luis, lo saben.
Por ello la currada de los dineros potosinos, andan más que ardidos luego de que por años anduvieran como gritones de feria diciendo que les daba cosita el color amarillo. Delicaditos y acostumbrados a ser apapachados por el tricolor, ahora ya sienten pasitos en la azotea al ver que la fuerza de empresarios que sí trabajan por San Luis, andan apoyando a los Gallardo.
Se me hace que les va a salir caro ser tan elitistas en sus amistades, por ello deberían ponerse menos dramáticos y abrir más los ojos.
Los candidotes (la mayoría) han decidido optar por la guerra sucia en el proceso electoral, llevándose consigo las casi inexistentes ganas del electorado por confiar en alguno de ellos.
Con honrosas excepciones, los candidatos han caminado por las calles de San Luis y del Estado prometiendo, tomándose fotitos y atacando a todo aquél que no comulgue con su negocio, digo, campaña.
Pocos y pocas son los que de verdad han mostrado sus intenciones de trabajo, ahorrándose el intercambio de manotazos y dedicándose a trabajar con la gente, cosa nada fácil teniendo un estado en llamas.
Se acerca más y más el día de la elección y parece que la población de plano no sabe siquiera si se tomará el deber cívico de votar o se quedarán en casita viendo la televisión. Así de triste.
Volviendo al lado oscuro de la luna, tremenda descobijada de han puesto al departamento de Comunicación Social de Gobierno del Estado, ya no diré nombres porque luego se enojan, pero de que algo camina mal ahí, lo hace. Cuentan en pasillos de Palacio, que el pleito entre los dos señalados ha provocado que se tengan dos departamentos de comunicación social, uno para el gobernador y otro para tirarle tierra… al gobernador. Que feo que sean así, me cae.
Ataques más, ataques menos, lo triste es que quien sea que esté traicionando al gobierno estatal, sigue cobrando su generoso sueldo más los dineros que le deje el serle infiel al pesebre.
OTRA MÁS DEL MUY GOLPEADO PAN… PEPE TOÑO SE HIZO… DIGO ME SALIÓ DE JAROCHILANDIA
Desgraciadamente los potosinos estamos acostumbrados a que los candidatos vengan a desarrollar su carrera política aquí, como es el caso del veracruzano panista Jose Antonio Zapata. Exigimos que al menos quien se encarge de la vida política de San Luis Potosí sea y tenga un crecimiento y desarrollo en su tierra.
Y ya para cerrar y hablando de malas caras, golpes bajos y demás, los candidatos deberían poner orden en sus departamentos de comunicación social, independientemente de que ya haya reporteros muy aguerridos y que se den hasta con la cubeta, nada aportan sacando a la prensa de sus propios chats institucionales. Sean maduros.
Y como siempre les digo:
No bebo (aunque el calor invite a unas bien heladas)
No fumo, no me drogo (sale muy caro, ni que trabajara yo en Palacio)
No tengo nexos con ningún grupo criminal
No me junto con Tekmol ni su burro bailarín.
@Srdeportes