San Luis Potosí, SLP.- México como país tiene una legislación en constante cambio, el reto como gestores de documentos, es tener la capacidad para interactuar con otros profesionales de bienes materiales o inmuebles”, aseveró la maestra Georgina Flores Padilla, del Archivo Histórico de la UNAM, en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación; conferencista invitada a participar en los festejos del Día Nacional del Archivista.
En entrevista, la especialista invitada por la Facultad de Ciencias de la Información de la UASLP, manifestó que la interdisciplinariedad, así como el reconocimiento a la profesión, responsable de la protección documental y patrimonio histórico, y la remuneración, son diversas contradicciones de la profesión.
Al dictar la conferencia “Identificación y valoración documental”, en el Auditorio del plantel, explicó que los archivos ya sea de trámite, concentración, o histórico, no pueden conservar todos los papeles que generan, y no solo esto, también a nivel electrónico existe una acumulación día con día de información. “Cuando identificamos los documentos electrónicos o en papel, valoramos qué documentos pierden su vigencia administrativa, pero tienen un valor secundario para la historia”.
Flores Padilla, señaló que la depuración es una decisión importante, entonces la gestión documental bajo una metodología precisa define en qué cuestiones basarse, en qué puntos, procesos y procedimientos, para eliminar determinados documentos en papel o electrónicos. “Es un tema complicado porque la eliminación por más que pretendamos sea imparcial hay ciertos grados de subjetividad”.
Las instituciones públicas y privadas producen un volumen de documentos en cualquier tipo de soporte que no se puede guardar, y en ese sentido el papel del archivólogo es significativo, es quien tiene la metodología, conocimiento, para estar al tanto que se conserva en el archivo de trámite, cuándo pasarlo al de concentración, qué eliminar para pasar al histórico,
“Quizá esta tarea de valoración es la más difícil y no la puede hacer cualquier persona porque hablamos de toneladas de documentos. Considero este es uno de los puntos en donde si no lo hace un archivólogo se presenta el riesgo de perder los testimonios históricos producidos por la institución”.