Ángel Castillo Torres.
Desahuciado, Xavier Nava intenta reinventarse políticamente ahora como líder de la sociedad civil. Maltrecho por la serie de fracasos que hatenido en el último año busca distraer la atención de los ciudadanos para que las evidencias de sudesastroso desempeño como alcalde se olviden.Nava sabe que camina hacia el patíbulo, que está en la eventualidad de ser llamado a cuentas por la Fiscalía General del Estadopara que responda por diversos señalamientos de presuntos actos de corrupción. Por ello y siguiendo al pie de la letra los consejos de sus asesores ha decidido que la mejor defensa es el ataque. En un lance desesperado está empeñado en resucitar lo que queda del Frente Cívico Potosino para desde esa trinchera renacer políticamente. Su principal objetivo es desgastar al gobernador del estado Ricardo Gallardo Cardonaconvocando a la insurgencia ciudadana paragenerar contrapesos desde la sociedad civil.En ese escenario Xavier Nava se imagina símismo como el ave fénix que renació de suscenizas.
Utilizando al Frente Cívico Potosino como arma de guerra, Nava contraataca como un guerrero de la sociedad civil que recoge y tutela las banderas de los excluidos y humillados. Se inspira en el legado que nos heredó el doctorSalvador Nava Martínez, su abuelo. Pero como afirmó Karl Marx en el 18 de brumario de Luis Bonaparte: «La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa».
Xavier no acaba de asimilar su rotundo fracaso como político. Se niega a reconocer el veredicto de las urnas que en la jornada electoral del pasado 6 de junio lo castigó por soberbio e incompetente.
Enjaulado en un estado psicológico de negación de la realidad cree que aún puede redimirse utilizando el legado del navismo. Pero los demonios de su fallida gestión como alcalde lo persiguen por todas partes ya que tiene cuentas pendientes con la justicia.
En su corta carrera política Xavier Nava se hizo de poderosos enemigos que ahora afilan los cuchillos para cortarle la garganta. El nieto incómodo agravió al presidente López Obrador cuando escoltado por un grupo de opositores fue a patearle la puerta a Palacio Nacional para pedir con malos modos que les dieran audiencia. Luego rompió su alianza con la gallardía que lo llevó a ser diputado federal con el cobijo del PRD. Movido por los resortes de la venganza y el resentimiento se cansó de conspirar contra Ricardo Gallardo Cardona y su padre buscando ponerlos tras las rejas; estaba obsesionado endescarrilar las aspiraciones del Pollo para que no llegara a ser gobernador. Pero, ¡oh! sorpresa,quien llegó al poder por una rebelión de las masas fue el joven soledense y no él. Xavier Nava promovió todo tipo de calumnias contra el actual gobernador y su familia. Luego, en el PAN,al perder ante Octavio Pedroza la candidatura al gobierno del estado y sin el menor rubor rompió con este partido y se fue a Morena para intentar su reelección como alcalde de la capital, aunque al final fue brutalmente derrotado y enviado hasta un deshonroso tercer lugar. Pero ahí no pararon sus desdichas. Hace poco el Congreso del estado lo inhabilitó por 18 años para que no pueda ocupar ningún cargo público por violar un amparo federal y para colmo de su infortuniotodo indica que la Fiscalía General del Estado podría en poco tiempo empezar a procesarlo por presuntos delitos que afectaron al erario público.
Nava ha caído en desgracia y probablemente de esa cama no se levante; el ex alcalde intenta con su activismo político retornar del Valle de la Muerte en el que ya descansan hasta el fin de los tiempos muchos políticos que ya no tendrán otra oportunidad en esta vida.