San Luis Potosí, SLP.- Al ritmo de los tambores y las cornetas van caminado, sin decir nada… están de luto, tras una pandemia que dejó dos años las calles del Centro Histórico, en luto, como la misma Procesión del Silencio.
Avanzan a paso lento, unos con el rostro cubierto, otros con sus pies descalzos y muchos de ellos arrastran cadenas que pareciera que éstas lloran al raspar la cantera de las calles del Centro Histórico de SLP, en su recorrido desde que sale de El Templo del Carmen con un nuevo ingrediente, el tapabocas.
Caminan hombres fuertes en su fe y en sus hombros cargan el peso de imágenes religiosas y aunque éstas lleguen a pesar entre una y dos toneladas, a decir de los fieles, el peso de las reliquias no se compara con la «cruz» que a diario cargan.
Así es la Procesión del Silencio, un evento que sin importar la religión es impresionante y que después de su suspensión, regresa más fuerte que nunca.
Son las 20:00 horas de la noche y como tradicionalmente sucede, en Viernes Santo, las puertas del templo del Carmen están cerradas y de pronto abren para dar paso a una de las procesiones más importantes del mundo.
La Procesión del Silencio de San Luis Potosí es uno de los eventos religioso más importantes para los fieles católicos, la segunda más importante del mundo después de Sevilla, España. “Es una tradición que nos hace reflexionar, es una muestra del respeto por la muerte de Jesús”, comentan asistentes a la Procesión que esperaron desde las 16 horas, en el Centro Histórico de la Capital potosina.
Poco a poco más de 2 mil fieles pasan en pequeños grupos, conocidos como cofradías, ante la mirada de más de 90 mil personas entre creyentes y turistas.
La procesión del silencio está conformada por más de 20 cofradías con 15 imágenes religiosas.
Este 2022 la Procesión del Silencio cumplió su 69 aniversario. Su primera edición fue organizada por el gremio de los toreros y después de dos años de pandemia, regresó.