Gaza.– La violencia en la Franja de Gaza ha dejado una tragedia humanitaria de gran magnitud, con al menos 404 personas muertas hasta el momento, según un balance proporcionado por el Ministerio de Sanidad de Gaza. De las víctimas, 174 son menores de edad, lo que resalta la magnitud de la tragedia que afecta principalmente a niños y mujeres. El informe revela que, además, 89 de los fallecidos eran mujeres.
Estos datos indican que un 65 por ciento de los fallecidos son niños y mujeres, lo que subraya la alta vulnerabilidad de estos sectores de la población durante los intensos bombardeos israelíes. Además, 109 hombres y 32 personas de avanzada edad también se encuentran entre las víctimas mortales, aunque el informe no especifica el género de los últimos.
Las autoridades sanitarias palestinas informaron que, además de las víctimas fatales, 562 personas resultaron heridas en los ataques que continúan devastando el enclave palestino. La cifra fue proporcionada hacia las 12:00 del día de hoy, pero hasta el momento no se ha actualizado oficialmente.
Por su parte, Israel justificó los bombardeos como parte de una operación dirigida a atacar «docenas de objetivos de Hamás» en diversas partes de la Franja de Gaza. Este ataque aéreo se considera el más intenso desde el último alto el fuego acordado en enero, lo que ha reavivado las tensiones en la región. Según funcionarios israelíes, al menos 200 personas habrían muerto como consecuencia de estos nuevos bombardeos.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, explicó que la decisión de reanudar los ataques fue tomada debido a la falta de avances en las negociaciones para extender el alto el fuego. Este asalto ha roto un periodo de relativa calma y ha aumentado las probabilidades de un retorno completo a los combates, generando también nuevas incertidumbres sobre el destino de varios israelíes que, según se cree, aún estarían retenidos por Hamás.
Este ataque marca una escalada significativa en un conflicto que parece no tener fin, y ha generado condenas internacionales por la enorme cantidad de víctimas civiles, especialmente entre los niños y mujeres. Las tensiones siguen en aumento mientras la comunidad internacional observa con preocupación la evolución de los acontecimientos en la región.