Esta semana marca la llegada del equinoccio de otoño en el hemisferio sur, un fenómeno astronómico que no solo señala el cambio de estación, sino que también representa un equilibrio perfecto entre el día y la noche.
Este año, el equinoccio ocurre el lunes 22 de septiembre a las 08:44 (UTC), momento en el que el Sol cruza el ecuador celeste en su camino hacia el sur. A partir de esta fecha, los días comenzarán a acortarse gradualmente, y las noches se harán más largas, en un proceso que culminará con el solsticio de invierno en junio.
¿Qué es el equinoccio?
La palabra «equinoccio» proviene del latín aequinoctium, que significa «noche igual». Durante este evento astronómico, la duración del día y de la noche es prácticamente la misma en todo el planeta, debido a la posición del Sol justo sobre el ecuador de la Tierra.
Cada año hay dos equinoccios: el de primavera (en marzo) y el de otoño (en septiembre en el hemisferio sur). Ambos marcan el inicio de una nueva estación, según la perspectiva astronómica.
Más que un fenómeno astronómico
A lo largo de la historia, muchas culturas han celebrado el equinoccio como un momento de renovación y reflexión. En la civilización maya, por ejemplo, el equinoccio era observado con ceremonias en sitios como Chichén Itzá, donde la luz del Sol proyecta una impresionante sombra en forma de serpiente sobre la pirámide de Kukulkán.
Hoy en día, el equinoccio sigue siendo una fuente de fascinación tanto para astrónomos como para amantes de la naturaleza y espiritualistas, quienes lo interpretan como un símbolo de equilibrio y transición.
¿Qué esperar en el otoño?
Con la llegada del otoño, las temperaturas comenzarán a descender, las hojas de muchos árboles cambiarán de color, y el clima se volverá más fresco. Es una temporada que invita a la introspección, al abrigo y a prepararse para los meses más fríos del año.
Además, en muchas regiones comienzan las cosechas de frutas y verduras típicas de la estación, como manzanas, calabazas, peras y nueces.
