Ciudad de México.- Un fuerte impacto ha generado la muerte de Jesús Israel, un joven de 16 años, ocurrida el pasado 24 de septiembre en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur de la UNAM, un hecho viral que ha puesto en el ojo público la relación entre redes sociales, ideologías extremas y violencia escolar.
El agresor, Lex Ashton, de 19 años, ingresó al plantel encapuchado y armado con un cuchillo, atacando primero al joven estudiante, quien murió, y luego hiriendo también a un trabajador de 65 años que intentó intervenir.
Según investigaciones preliminares, estaba influenciado por foros de “incels” en línea, los cuales promueven mensajes misóginos, odio y violencia en contra de ciertos grupos. Estas comunidades digitales, alejadas de supervisión, parecen jugar un papel creciente en radicalizar actitudes agresivas entre jóvenes.
Compañeros y familiares han expresado indignación, pidiendo medidas urgentes: mayor seguridad en planteles, mejor atención psicológica, revisión de filtros de acceso, y capacitación para identificar signos de radicalización.
La UNAM anunció que reforzará sus protocolos de seguridad y revisará cómo los estudiantes tienen acceso a espacios vulnerables dentro de los planteles.
En redes sociales, el debate se ha encendido: algunos usuarios denuncian que esta tragedia refleja la falla del sistema educativo para atender la salud mental, mientras que otros advierten que el amarillismo y la viralidad podrían agraviar el dolor de la comunidad.
