13 octubre, 2025

De la masa al mito: el origen de las Dinoquesadillas

9 octubre, 2025

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Saltillo, Coahuila. – En una ciudad reconocida por su riqueza paleontológica, un platillo ha conquistado paladares y corazones al combinar la gastronomía mexicana con la fascinación por los dinosaurios. Se trata de las Dinoquesadillas, una creación que ha transformado la manera de disfrutar una comida tan tradicional como la quesadilla, convirtiéndola en una experiencia única donde el sabor se mezcla con la historia natural.
Dentro de un local decorado con figuras prehistóricas, los dinosaurios parecen cobrar vida… pero en versión comestible. Estas curiosas creaciones nacieron en el centro de Saltillo, cuando el chef Abraham Padilla decidió moldear la tortilla en forma de dinosaurio durante una pausa en su jornada. Lo que comenzó como una ocurrencia terminó volviéndose viral en redes sociales y dando origen a un fenómeno culinario.
“De ahí se comparte por Facebook, se vuelve viral y ya no se dio abasto con los pedidos”, recuerda Antonio Arrinda, gerente de la sucursal en Saltillo. Hoy, las Dinoquesadillas cuentan con dos sedes: una en San Antonio de las Alazanas, en la sierra de Arteaga, y otra en la capital coahuilense, que cada fin de semana recibe familias, turistas nacionales e internacionales.
El éxito no solo se debe al ingenio de su forma, sino al profundo vínculo cultural con la región. Coahuila es considerada “tierra de dinosaurios”, hogar de importantes hallazgos fósiles y del reconocido Museo del Desierto. Comer una Dinoquesadilla es, de algún modo, participar de esa historia.
Cada pieza es elaborada a mano, desde la cabeza hasta la cola, con rellenos que van del clásico queso al pastor, barbacoa, pollo o incluso una versión vegana. “Todo se hace a mano. Primero la cabeza, luego las patas y la cola. Es como esculpir en masa”, comenta Janet Moreno, una de las cocineras.
El ambiente también juega un papel clave: murales con dinosaurios, música temática y un menú que parece sacado de una expedición jurásica. Los niños disfrutan el doble, al recibir no solo comida, sino un recuerdo que combina diversión y sabor.
Con más de 300 gramos por pieza, las Dinoquesadillas se han consolidado como símbolo de orgullo local y creatividad gastronómica, demostrando que la innovación puede convivir con la tradición. Lo que empezó como una idea improvisada hoy representa cómo la cocina puede unir historia, turismo y cultura en un solo bocado.